A medida que nos encontramos en el pico del invierno, nos enfrentamos al oleaje invernal. Aunque la mayoría se viste para combatir el frío, ¿sabías que la exposición al agua se considera una terapia? La terapia de agua fría promueve la salud y ayuda a prevenir enfermedades. Aunque parece más una moda pasajera, en realidad es una práctica antigua. Las principales fuentes de tratamiento con esta terapia son el control del dolor, la prevención y recuperación de lesiones musculares y la mejora del estado de ánimo.
Terapia en la Historia
La terapia de agua fría ha sido utilizada durante miles de años por culturas de todo el mundo. Los griegos lo usaban como tratamiento y para la relajación. El médico romano Claudio Galeno prescribió esta terapia como tratamiento para la fiebre, algo que todavía se hace en la actualidad.
Los estudios realizados en la década de 2000 demuestran que la terapia con agua fría influye en la circulación sanguínea, lo que influye en la regeneración muscular.
El promotor más reciente de esta terapia es Wim Hof, también conocido como el “hombre de hielo”.
Como funciona
Cuando exponemos nuestro cuerpo al agua fría, esto hace que los vasos sanguíneos sumergidos en el agua se contraigan. Esto obliga a la sangre a fluir hacia los órganos. El agua también ejerce presión sobre el cuerpo, lo que promueve el flujo de sangre a los órganos principales, como el corazón, el cerebro y los pulmones. Cuando tenemos más sangre fluyendo a nuestros órganos, puede recoger más oxígeno y nutrientes.
Nada más salir del agua, los mismos vasos sanguíneos se dilatan. Esto hace que sangre rica en nutrientes y oxígeno inunde nuestros tejidos, ayudando a eliminar sustancias como el ácido láctico y reducir la inflamación. La enfermedad surge solo en presencia de inflamación. Por lo tanto, la ausencia de inflamación es la ausencia de enfermedad.
A la larga, la terapia con agua fría fortalece los vasos sanguíneos debido a la dilatación y contracción extensa de los vasos.
Esta terapia se puede hacer en casa o en un estudio.
Como Empezar
Las duchas de agua fría en casa pueden ser un buen punto de partida para la terapia de agua fría. Sin embargo, la mejor forma de beneficiarse de esta terapia son los baños de hielo.
Si recién estás descubriendo esta terapia, te recomendamos que comiences con duchas de agua fría para que tu cuerpo se acostumbre al frio.
Cuando estés listo, puedes llenar tu bañera con el agua más fría que salga del grifo. Intenta permanecer sumergido entre dos y cinco minutos. El objetivo es trabajar hacia los diez minutos. Tan pronto como comiences a temblar, debes irte. Este es tu cuerpo diciendo que se agotó el tiempo de hoy.
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