¿Cómo ser feliz?

Queremos ayudar a la gente a encontrar la felicidad o ser más felices. La ciencia nos ha demostrado formas certificadas en las que podemos aumentar nuestra felicidad.


Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha venido recurriendo a lo antiguo para entender cómo vivir una vida feliz. La ciencia moderna ha decidido tomar estas prácticas y ponerlas a prueba, con el fin de identificar las acciones prácticas que puedes adoptar para aumentar tu felicidad.


Aunque nuestros niveles de felicidad son en parte el resultado de nuestros genes y circunstancias, la felicidad también depende de nuestras elecciones y actividades. La felicidad se puede cultivar y aumentar a través de comportamientos específicos. Tenemos el poder de alterar nuestros niveles de felicidad al cambiar nuestro enfoque de la vida y la forma en que enfrentamos los tiempos difíciles.


Diez claves para una vida más feliz

 

  1. Donación:

    Poner a los demás antes que nosotros es fundamental para nuestra felicidad. Ayudar a los demás, nos ayuda a nosotros. Dar, nos hace más felices y mejora nuestra salud en general. Fortalece las conexiones entre las personas y ayuda a construir una sociedad más feliz para todos. Cuando se trata de dar, no se reduce a dinero. También podemos dar otros recursos preciosos como nuestro tiempo, ideas y energía. Cuando hacemos el bien nos sentimos bien.

  2. Relativo:

    Nuestras relaciones con los demás son nuestro mayor factor que contribuye a nuestra felicidad. Las personas con relaciones sólidas son más felices, saludables y viven más tiempo. Nuestras relaciones cercanas brindan amor, significado, apoyo y aumentan nuestro sentimiento de autoestima. Nuestro entorno social más amplio nos proporciona un sentido de pertenencia. Es vital que fortalezcamos nuestras relaciones y hagamos nuevas conexiones.

  3. Ejercicio:

    Nuestros cuerpos y mentes están conectados. Mover nuestros cuerpos no solo beneficia a nuestro cuerpo físico sino que también nos hace más felices. Instantáneamente aumenta nuestro estado de ánimo y puede sacarnos de una depresión. No tenemos que ser deportistas, pero encontrar formas sencillas de mover nuestro cuerpo marca la diferencia. Pasar tiempo al aire libre, mejorar nuestra nutrición, limitar el uso de la tecnología y tener una buena calidad de sueño potencian nuestro bienestar.

  4. Conciencia:

    ¿Alguna vez te has preguntado si la vida era sólo esto o si hay algo más? La buena noticia es que la hay. Solo tenemos que tomarnos un momento para detenernos y notarlo. Ser más consciente, ya sea durante nuestro camino al trabajo, durante nuestras comidas o incluso en el trabajo, hace maravillas para nuestro bienestar. La conciencia nos permite sintonizarnos con nuestros sentimientos, nos impide detenernos en el pasado o anticipar el futuro. Nos permite sacar más partido al día a día.

  5. Probando:

    El aprendizaje nos ayuda a mantener la curiosidad y el compromiso. Nos da una sensación de logro y nos ayuda a aumentar nuestra autoconfianza y resiliencia. Hay muchas formas de incorporar el aprendizaje a nuestra vida. Ya sea leyendo un libro, hablando con amigos o teniendo nuevas experiencias.

  6. Dirección:

    Sentirnos seguros y positivos sobre nuestro futuro es vital para nuestra felicidad. Todos necesitamos metas que nos motiven y algo que anhelar. Estos objetivos deben ser lo suficientemente desafiantes como para emocionarnos, pero también deben ser alcanzables. Elegir metas significativas y realistas le da dirección a nuestra vida y nos brinda una sensación de logro y satisfacción cuando las logramos.

  7. Resiliencia:

    Todos nosotros tenemos momentos de estrés, pérdida, fracaso o trauma en nuestra vida. La forma en que respondemos a estos eventos tiene un gran efecto en nuestro bienestar. A menudo no podemos elegir lo que nos sucede, pero podemos ser conscientes de cómo responder. No siempre es fácil, pero investigaciones recientes muestran que la resiliencia es una habilidad que se puede aprender.

  8. Emociones:

    Las emociones positivas no solo nos hacen sentir bien, sino que nos ayudan a desempeñarnos mejor, amplían nuestra percepción, aumentan nuestra resiliencia y mejoran nuestra salud física. Aunque tenemos que ser realistas sobre los altibajos de la vida, nos ayuda a centrarnos en los aspectos buenos de cualquier situación.

  9. Aceptación:

    A menudo comparamos una visión negativa de nosotros mismos con una visión poco realista de otras personas. Vivir en nuestros defectos hace que sea más difícil ser feliz. Aprender a aceptarnos con nuestras imperfecciones y ser más amables con nosotros mismos cuando las cosas van mal aumenta nuestro disfrute de la vida, nuestra resiliencia y nuestro bienestar. También nos ayuda a aceptar a los demás como son.

  10. Significado:

    Las personas que tienen sentido y propósito en sus vidas son más felices, sienten que tienen más control y obtienen más de lo que hacen. También experimentan menos ansiedad, estrés y depresión. ¿Cómo encontramos significado y propósito? Puede provenir de hacer un trabajo que marque la diferencia y contribuya positivamente a la sociedad, nuestras creencias religiosas y espirituales, o nuestra familia. Las respuestas pueden variar, pero el factor común permanece. Todos buscamos ser parte de algo más grande que nosotros mismos.

Cómo rebotar


 “Se le puede quitar todo a una [persona] excepto una cosa: la última de las libertades humanas: elegir la actitud de uno en cualquier conjunto de circunstancias”. - Víctor Frankl


Resiliencia no es la ausencia de dolor, dificultad, dolor, tristeza, miedo o ira durante los momentos difíciles. Significa que, en el momento o con el tiempo, encontramos formas de enfrentarlo de manera constructiva, aceptar lo que sucedió, adaptarnos y, finalmente, seguir adelante. La resiliencia es una característica dinámica que se puede construir y desarrollar dentro de nosotros. La psicología y la neurociencia han demostrado que podemos aprender habilidades, prácticas y hábitos de pensamiento que pueden ayudar a impulsar y desarrollar nuestra resiliencia.


Aunque la vida puede tener giros y vueltas inesperados, podemos desarrollar nuestro conjunto de habilidades y nutrir nuestros recursos internos y externos para ayudarnos a enfrentar el desafío de manera efectiva, recuperarnos más rápidamente y aprender como resultado. Esta respuesta reduce el riesgo de ansiedad, depresión y nos permite envejecer con éxito. Este mismo conjunto de habilidades también puede ayudarnos a manejar el miedo a correr riesgos y aceptar nuevos desafíos, lo que también nos ayuda a crecer y desarrollarnos de otras maneras.

  • Afrontamiento activo

Esto implica reconocer las dificultades que estamos experimentando e identificar algo constructivo que podamos intentar hacer hoy o mañana un poco mejor. Esto nos proporciona una sensación de control, incluso si la acción parece intrascendente. Tener una sensación de control es esencial para nuestro bienestar. El afrontamiento activo no implica ignorar nuestros problemas. Nos desafía a tomar medidas constructivas a pesar de ellos.


Intentalo: Reflexione sobre un momento desafiante o difícil en su vida. ¿Qué te ayudó a sobrellevarlo y superarlo? ¿Cómo podría eso ayudarte hoy?

  • Invertir en nuestra resiliencia

Tomar medidas conscientemente para impulsar y mantener nuestra felicidad y bienestar también es una inversión en nuestra resiliencia. Te prepara para lidiar con situaciones más estresantes cuando ocurren, debido a la autodisciplina que has desarrollado. Las diez claves para una vida más feliz nos brindan formas en las que podemos hacer esto activamente.


Reflexión: ¿Qué acciones le ayudan a mantener y desarrollar su resiliencia? ¿Quiénes son las personas a las que puedes recurrir cuando estás luchando? ¿Cómo mantienes y nutres tus conexiones con ellos?

  • Pensamiento Resiliente - Nuestros pensamientos impulsan nuestras emociones

La forma en que pensamos tiene un impacto significativo en cómo nos sentimos. Cómo nos sentimos impacta lo que decimos y hacemos como resultado. Esto afecta nuestras relaciones y cuán felices y resistentes somos. Cuando un evento desencadena una reacción emocional dentro de nosotros, son nuestros pensamientos subyacentes los que desencadenan nuestras emociones. Esto sucede tan rápido que a menudo no reconocemos que hemos tenido estos pensamientos. Sin embargo, podemos aprender a sintonizarnos con estos pensamientos. Estos pensamientos desencadenantes normalmente son falsos. No son hechos aunque respondamos a ellos como si lo fueran. Como resultado, nos reforzamos en nosotros mismos.


Aprender a controlar estos pensamientos y desafiarlos nos ayuda a manejar nuestras emociones y las reacciones que siguen. Podemos tener un control más consciente sobre nuestra reacción en lugar de seguir impulsos instintivos e inexactos.


Cuando algo desencadena una reacción desagradable dentro de ti, el primer paso sería hacer una breve pausa, respirar y verificar tus interpretaciones instantáneas.


Reflexión:¿Piensa en un momento en el que saltó a una conclusión negativa instantánea sobre alguien o algo que sucedió (manténgalo en un pequeño ejemplo)? ¿Cuáles fueron sus pensamientos en el momento acerca de por qué sucedió? ¿Cómo te hizo sentir eso y qué hiciste como resultado? ¿Cuál podría haber sido una interpretación alternativa, menos negativa, en ese momento? ¿Cómo te habría llevado eso a sentir y actuar?

  • Pensamiento resiliente: cuidado con las trampas del pensamiento

Una vez que seamos más conscientes de nuestros pensamientos e interpretaciones instantáneos que desencadenan nuestras reacciones emocionales, podemos comenzar a notar temas. Es común que muchos de nosotros tengamos patrones habituales de interpretación que nos pueden llevar a la ansiedad y la depresión, especialmente cuando estamos cansados, estresados ​​o abrumados. Estas son trampas de pensamiento, ya que nos hacen interpretar la situación de una manera negativa en particular. Una vez que nos subimos al carro de la negatividad, comenzamos a buscar evidencia para reforzar y rechazamos cualquier evidencia que sea contraria a ella, en este caso favorecemos los escenarios negativos y rechazamos los positivos.


El primer paso para eliminar estas trampas de pensamiento es comenzar por notarlos, para que podamos desafiar estos pensamientos. Por ejemplo haciéndonos preguntas como:

"¿Cuál es la evidencia de que esto es cierto?" “¿Qué evidencia hay que sugiera que podría no ser cierto?” “¿Cuál es una forma diferente de pensar esta situación?”.


Intentalo: Mirando la lista de trampas de pensamiento comunes a continuación, ¿reconoce alguna en la que tenga tendencia a caer a veces? ¿Cómo puedes desafiar esos pensamientos la próxima vez que lo hagas?


Culparnos a nosotros mismos– creer que estamos en la raíz de todo lo que sale mal.

Creyendo que es permanente – cuando pasa algo malo pensamos “Eso es todo, siempre será así, no hay nada que pueda hacer”.

Creyendo que se extenderá – cuando sucede algo difícil en una parte de nuestra vida, instantáneamente pensamos que otros aspectos de nuestra vida también saldrán mal.

Culpar a otros– creer que nuestras dificultades y problemas son todos causados ​​por otros.

Pensamiento de todo o nada (a veces llamado pensamiento en blanco y negro) - Interpretar algo o alguien como totalmente malo o totalmente bueno en lugar de ver posibles matices intermedios.

Leer la mente– suponiendo que sabe lo que otros están pensando o esperando.

Etiquetado incorrecto – juzgarse a sí mismo oa los demás sobre la base de una situación única o limitada.

Debería– tener creencias fijas sobre lo que nosotros u otros deberíamos/tendríamos que hacer/tendríamos que hacer.

Ampliación o Minimización– exagerar o minimizar el significado, la importancia o la probabilidad de las cosas.

Las emociones como hechos. - creer que si sentimos algo es verdad.

Catastrofización– cayendo en espiral hacia el peor escenario posible, incluso si esto es extremadamente improbable.



¡Prueba esto ahora!

 

Queremos compartir contigo una práctica sencilla que puede ayudar a hacer del mundo un mundo más feliz y amable juntos.


Puede usar estos tres simples pasos en cualquier momento y en cualquier lugar para darse un impulso y aumentar su compasión por usted mismo y por los demás. Cuando nos enfocamos en nuestras emociones, buscando lo bueno y cultivando la bondad, puedes ayudarte a sentirte mejor día a día.


Paso 1: Sé consciente. Cierra los ojos, respira más hondo y observa tu cuerpo y sus sensaciones físicas. Pregúntese, “¿cómo me siento en este momento?”

Paso 2: Sea agradecido. Tómese un momento para mirar a su alrededor y sumergirse en el entorno en el que se encuentra. ¿Por qué está agradecido? Incluso la cosa más pequeña cuenta.

Paso 3: Sea amable. Pide a tu cultivador una sensación de plenitud y positividad, pregúntate a ti mismo. ¿A quién quiero enviar amor?


Aunque es posible que no siempre seamos capaces para cambiar lo que sucede a nuestro alrededor ya nosotros, podemos cultivar una respuesta consciente y entrenar nuestra mente para adoptar una perspectiva alegre y esperanzada de la vida.

Pruebe este ejercicio y, si lo encuentra útil, compártelo con otros también.